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miércoles, 8 de junio de 2011

Prohibido emborracharse antes de las 10 AM


Ya he hablado acerca de la manía colombiana de levantarse cuando raya el sol y lo duro que nos pegaron al principio los madrugones. Habiendo transcurrido un año (si, yaaa!!) adhiero a la frase “si no puedes con ellos únete”. En consecuencia, cuando viene el camión escolar que pone reversa al ritmo de lambada a las 6.15 ya no me sorprende, es más, lo estoy esperando.


¿Qué tiene de positivo? Se resume en dos palabras “Carpe Diem”, aprovecha el día y eso es lo que hacemos. Para que se den una idea, muchas veces me he encontrado haciendo empanadas de carne a las 6.30, preparando una clase y yendo al gimnasio. Es decir, a las 9 de la mañana uno ya ha hecho MUCHO! Y aquí empieza la historia del día de hoy, cuando habiendo completado estas tareas me dirigía felizmente al supermercado Carulla a comprar una botella de vino.


Primero busco un par de cosas que me faltaban para terminar en la zona de bodega. Extrañamente la luz está apagada, como en penumbras. Pienso: “Debe ser por la temperatura del vino” y con mis super ojos de estreno post-laser antimiopía elijo un Malbec representativo de mi patria. Al emprender la retirada hacia la caja el señor de seguridad me dice


Señora, no hay venta alcohólica hasta las 10 AM
Yo: ¿Cómo así? (frase 100% colombiana recientemente incorporada)
Señor: (mostrando cartelito) Ahí dice, de 3 a 10 AM prohibido el expendio de bebidas alcohólicas
Yo: Pero son las 9.40… ¿me quiere decir que ahora no me lo venden y en 25 minutos sí? ¿Qué es esta ridiculez?
Señor: Son las reglas
Yo: ¿Y qué hago?
Señora: Pues… pasee por las góndolas


A ver señor vigilante de Carulla. Estará muy lindo el super, limpito y ordenado. Hasta me gusta cuando me ponen la cancioncita de “es la hora del pan del pan” pero de ahí a que lo considere una especie de Champs Elysees o Calle Florida hay un tramo laaaaaaaaargo largo. Ubíquese!! Yo que soy reviva y 100% argentina voy a ir igual y seguro que me lo cobran. Obviamente todo esto transcurría dentro de mi cerebro mientras por fuera le sonreía al señor vigilante y rumbeaba para la salida.


Me pongo en la fila y llega mi turno. Con carita de “yo no fui” escondo el vino entre la lechuga y el pan, no sea que el señor se dé cuenta. Pero el cajero no cae en mi trampa y me grita para que todos ubiquen a la borracha matutina “el vino a esta hora no” (mirándome con cara de reproche como si hubiera venido haciendo el ocho o con el efecto post-lychee martini)


Yo: ¿Me puede explicar que es esto de las 10 AM? Son las 9.45, usted ve que yo esté tomando el vino? ¿Qué tiene que ver la compra con el consumo? (frase célebre) Para el caso me lo pude haber comprado ayer a las 7 PM y emborracharme a las 8!
Cajero (impertérrito): Son las reglas señora
Yo (cambio de táctica, me hago la buena) Ay señoooooor, si me dijera que no me lo vende por menor de edad, todavía… (sonrisita)
Cajero con cara de “querida no te va a funcionar y obviamente no sos menor de edad hace muuuucho”: Señora, vaya a pasear por las góndolas y vuelva en 10 minutos.


GRRRR furiosa me doy vuelta y dejo mi lugar en la fila. Será que mandarte a pasear a las góndolas será un insulto encubierto?? En el camino encuentro dos más en las mismas circunstancias.


Socio 1: Yanqui de lentes con su rostro de eterna sonrisa y feliz cumpleaños
Socio 2: Señora con el carrito de 10 botellas, sobreviviente de otras batallas por el vino parece.


Intento convencerlos para que juntos armemos un piquete. Para eso nosotros los argentinos somos expertos, te quemo unas llantas, me tapo la cara con la pashmina (es lo que hay) y te corto la ruta a la caja. A ver quién es más vivo, ehhhhhh??


No hay quorom. Yanqui me mira con cara de “nou entiendou” y se va a revisar las revistas que seguramente tampoco entiende. Señora con 10 botellas aprovecha y se lleva unas más.


Finalmente a las 9.58 vuelvo derrotada a la fila. Cuando el reloj da las 10 paso mi botella y espero a que el incorruptible e insensible cajero me diga algo. NADA. Ahora sí estoy dentro de la norma. Sólo me queda volver a casa y descorchar la botella. No me importa que sean las 10.10. Según la ley local tomarse un traguito a esa hora no me convierte en borracha.