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sábado, 18 de diciembre de 2010

Los "beneficios" de mi bello acento porteño

Ya más instalados, estamos en la etapa de terminar de armar nuestro living. Es por ello que decidimos comprar una mesita de café. Dado que la mesita tenian que llevarla al color del resto de los muebles, la entrega se produciría una semana posterior, es decir el lunes.  Yo le dije al señor muy amable del negocio, por favor, no me deje clavada todo el día en mi casa esperando. Deme un horario más o menos fijo (ya pasé por esa experiencia)
Respuesta: no señora, quédese tranquila, nosotros la llamamos previamente y coordinamos un horario para que usted esté en casa.
Mi pensamiento: pero que eficiencia... ya veremos que pasa.

LUNES
Me organizo el día considerando que en algún momento llegará el envío. Siendo las 3.30 pm empiezo a dudar de que aparezcan. Llamo al gentil vendedor, quien todo sorprendido me pasa el número de Pedro de Despachos.

Llamo a la fábrica y me atiende una señorita. Solamente había dicho "quiero hablar con Pedro" cuando escucho a la niña que grita "Pedrooooo, hay una argentina que te quiere hablar".  Porque en Colombia no puedo decir ni "Hola" que ya reconocen mi origen rioplatense. Subo a un taxi y tengo que escuchar los lamentos acerca del mundial. Dejenme decirles que pareciera que aquí sufrieron más la eliminación que en Buenos Aires.  De hecho, apenas llegamos pensamos que estaba lleno de argentinos por la cantidad de camisetas de fútbol que veíamos pero después nos dimos cuenta que eran colombianos amantes de la selección nacional. Adicionalmente, les encanta nuestro acento. SIIII, believe it or not!! Parece ser que los argentinos aquí tienen mucho éxito con las mujeres (yo creo que más que por el acento, debe ser por la insistencia y la "parla" pero bue...). Hemos escuchado casos de amigos que en su época de estudiantes universitarios hasta lo han tratado de imitar, a ver si conseguían algo. Tranquilos, no voy a dar nombres, jeje.

En fin, retomo la historia de mis muebles. Pedro aduce el consabido "Que pena con usted" pero están terminado la mesita. O sea, si ni siquiera salió de fábrica, obviamente nunca iba a llegar a mi casa! Tan dificil era avisarme??? Parece que sí. Finalmente Pedro se compromete en realizar la entrega el martes entre las 3 y las 5 pm.

MARTES 
Tranquila paso la mañana, igual la mesa llega por la tarde. Acomodo los muebles haciendo espacio para la nueva integrante del mobiliario.  Llamo a la fábrica, pero ya no me contesta nadie.

MIERCOLES
Primer tarea de la mañana, luego de ver AM (Gracias a la vida por telefé internacional!, sólo por eso vale la pena pagar Telmex) es llamar a Pedro.
Yo: Escucheme, hace 3 días que estoy esperando el pedido, me parece una falta de respeto y consideración al otro. Además, si uds saben que no pueden realizar la entrega, LLAMEN! Es una verguenza que la que tenga que llamar sea siempre yo! (esta sería la versión resumida, la real fue una perorata sin respirar, repetir ni soplar)
Pedro: Ay su mercé (descubrí que no es Su Merced, sino su mercé, así como suena!), que pena. Tiene usted TODA la razón. Es que con esto de fin de año, estamos con mucho trabajo.
Yo: Pero me alegro por uds. Peor sería que tuvieran la fábrica ociosa y sin hacer nada. No se queje de que tienen ventas
Pedro; Señorita, que chistosa (eh???). Me alegró el día, hace mucho que no me reía tanto (no entiendo que te causa gracia PEDRO!!!que yo esté aquí como Penelope esperando?). Dígame, de donde es usted?
Yo: Argentina (con este acento que más puedo ser, búlgara?)
Pedro: Bienvenida a Colombia, aquí las entregas son así
Yo: No es que en Argentina sean tan eficientes, pero tres días me parece un abuso. Si sigo esperando, me la mandan a Buenos Aires.
Pedro:  Jajajaja, que chistosa (Pedro se tragó un payaso). Su mercé, mañana le hacemos la entrega, entre las 12 y las 4 pm.
Yo: Mire Pedro, si para mañana a las 3.45 yo no tengo aquí mi mesita, lo estoy llamando cada 15 minutos
Pedro: Pero con mucho gusto! Llámeme todas las veces que quiera. Es un placer escucharla!

Hablo con mi marido, quien me pregunta por la mesita. Le cuento toda la historia, incluido mi pseudo levante telefónico con Pedro.
Gabi: Pero insultalo!
Yo: Es lo que hice, pero le encanta mi acento. Y cuando le digo que lo voy a seguir llamando para torturarlo y acosarlo, el tipo se pone contento! Así pierde la gracia el insulto!

JUEVES
Llega la mesita a las 2pm según lo acordado. Final feliz para mi, pero triste para Pedro quien se ha perdido de escuchar mi melodioso hablar porteño una vez mas.


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