La primavera estaba en Medellin



Al cabo de una semana en la que religiosamente caía un aguacero TODOS los días por un par de horas, yo ya estaba al borde del ataque de nervios (pero sin Antonio Banderas). Así que le supliqué a Gabi “sacame de acá!!!”. Y como buen maridito que es, o quizás para no aguantar mis quejas, me llevó a Medellin donde todos nos a decían que íbamos a ver el sol.

Adan y Eva según Botero

Llegué el viernes al mediodía dispuesta a usar mi ropa de verano que a esta altura, estaba guardada en el fondo del vestidor juntando polvo. Quien dijo que vinimos al Caribe?? El camino del aeropuerto a la ciudad es montañoso ya que esta última se encuentra en un valle. El taxista me comenta “que suerte que vino hoy, porque ayer no paró de llover!”. “Ay señor, no diga eso, que justamente vengo huyendo de la tormenta y del frío porque no aguanto más. Si cae una gota, pego la media vuelta y me voy. Y ya que estamos, puede ir un poquito mas despacio que tanta vueltita a la montañita, me estoy poniendo yo más verde que la naturaleza alrededor!!”.



Finalmente después de unos 40 minutos llegamos al Poblado. Es un barrio donde hay varios malls y hoteles. Está cerquita del Parque Lleras, la zona gastronómica equivalente a nuestra zona T bogotana y hay una avenida por la cual se puede caminar tranquilamente.

Mariposario del Jardin Botanico

La ventaja de Medellín es que tiene el metro. Yo me esperaba el subterráneo pero no, es como un tren con paradas cortas. Lo bueno es que mientras que te trasladás, podés ir apreciando el paisaje. Porque como diría mi suegra, hay que ir por arriba porque si vas por abajo no ves nada!.


Nosotros visitamos el parque de las esculturas. Es un jardín al aire libre en el cual están expuestas una veintena de obras de Botero que el donó a la ciudad. Fue lo que más nos gustó y obviamente, nos sacamos las correspondientes fotos con las diferentes representaciones. Lo lindo que tiene Medellin, es que se ve “verde y flores” por todos lados. El clima es cálido pero agradable ya que es seco. Uno no siente que se muere de calor porque sopla una suave brisa que es bastante refrescante. No por nada la llaman “la ciudad de la eterna primavera”.



Vista Panoramica



Recomiendo también subir al cablecarril desde donde se tiene una vista panorámica de la ciudad y el valle. Al ser una extensión de la ruta del metro, resulta accesible para todos.

Nos faltó ir a ver el monumento a Gardel (que vergüenza para dos argentinos), quien justamente murió en un accidente aéreo en esa ciudad. La gente es muy amante del tango y anualmente se realiza un festival.
Personalmente no sentí una sensación de inseguridad. Quizás si me percaté de mayor policía en la calle y mucho presencia militar. Aparte de eso, la ciudad se puede visitar tranquilamente y vale la pena hacerlo! 

Pueblito Paisa


Lo gracioso es que cuando volvimos a Bogotá nos dijeron que justamente ese fin de semana el tiempo había estado espectacular. Será que somos nosotros los que llamamos a la lluvia?? Yo no me ofendo, me escapo de viernes a domingo y LISTO!

Y antes de despedirme, aprovecho para saludar a todas las madres de Argentina en su día, especialmente a la mía!! Te quiero mucho mami.