Habemos apartamentum

Despues de muchas vueltas, nos pudimos mudar. Fue un gran teléfono roto entre nuestros asesores locales y el abogado del propietario. Este ultimo un personaje nefasto, mafioso de telenovela barata, que llego con la corbata en la mano y se la paso amenazando con no darnos el apto si seguíamos con la verificación técnica (abriendo duchas, chequeando el agua caliente, mirando los pisos, etc). Ademas pretendía cobrar un mes adicional a lo acordado y encima EN EFECTIVO!!


El colmo llego cuando lo veo muy sueltito, prender un cigarrillo con la hornalla de la cocina. PERDONNNNN?? Todavia no se habrá firmado el contrato de alquiler, pero solo por si acaso, en mi casa no se fuma, señorrrrrrrrrrr. Se me va al balcón, afuera o donde quiera, pero lejos!


Como verán, ya estaba todo mal, y no mejoraba…


Yo - el apartamento esta sucio.
Abogado – el apto esta limpio
Yo – señor, mire esta mancha en el piso, esta sucio. Digame objetivamente
A – ah no se, yo no soy muchacha de aseo
Yo – yo tampoco, SEÑOR, soy la esposa de un ejecutivo de … (chupate esta mandarina), pero puedo discernir si algo esta sucio o limpio, no es tan difícil, no??????


A este punto, yo ya estaba sacada y Gabi también. Casi nos damos media vuelta y nos vamos con las valijas a un hotel.


Menos mal que hablamos con el pobre propietario x teléfono . Nos tranquilizo y nos tiro buena onda. Hasta me dice, usted revise tranquila, esta todo bien, si hasta el apartamento esta pensado en función del Feng Shui. Ah buenooooooooo, lo q faltaba!! Aca entre todos estábamos a punto de tirarnos cosas por la cabeza y este me viene con la filosofía oriental. Claro, si yo estuviera en la playita en Santa Marta, también estaría pensando en el feng shui, el tai chi y el chop suey!.
Para hacerla corta, pudimos firmar el contrato. Se van finalmente todos y ahí me agarro el ataque a lo “Monica de Friends”. Me puse a limpiar como loca.


Pero no piensen que me quede disfrutando de mi soledad y mi romance con el Mr. Musculo. Empieza a caer gente: el cerrajero a cambiar la llave, el todero Felix a revisar una canilla, el del delivery del super que me mando Gabi, Luz la de la agencia para terminar la revisión técnica, Sandra de la inmobiliaria y los muchachos del negocio de colchones para traernos la cama. Para rematarla, Gabi llamando a la portería y el señor pidiéndome por el citofono que baje porque todavía no tengo ni celular, ni internet, ni teléfono, ni tele. Estamos como en la época de las cavernas.


La parte positiva: el apartamento es hermoso y estamos muy contentos. La cereza de la torta?? Aproveche que fui yo la que tuvo que desempacar y me apropie 100% del vestidor y mande la ropa de Gabi a la pieza de al lado!!